Los rellenos dérmicos son tratamientos estéticos mínimamente invasivos que se aplican mediante inyecciones para reducir arrugas, dar volumen y mejorar el contorno facial, especialmente en rostro, cuello y manos. Ofrecen resultados inmediatos con recuperación rápida y pocos riesgos.
Beneficios principales:
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Suavizan arrugas y líneas profundas.
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Aumentan volumen en labios, mejillas y mandíbula.
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Mejoran el contorno facial.
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Permiten ajustes personalizados según objetivos estéticos.
Tipos de rellenos:
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Temporales (ácido hialurónico, colágeno, hidroxiapatita de calcio).
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Semipermanentes (ácido poli-L-láctico).
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Las inyecciones de silicona no son seguras y deben evitarse.
Marcas comunes:
Restylane®, Juvederm®, Belotero®, Sculptra®, Radiesse®, Bellafill®, entre otras.
Proceso y cuidados:
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Se aplican en consultorio, usualmente en 30 a 45 minutos.
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Pueden causar leve hinchazón o moretones temporales.
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No se recomienda tomar aspirina ni ibuprofeno antes del procedimiento.
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La duración del efecto varía según el tipo de relleno (de meses a años).
Riesgos poco comunes:
Hematomas, inflamación prolongada, asimetría o, en casos raros, complicaciones vasculares graves.
Siempre consulte con un profesional certificado para un tratamiento seguro y personalizado.